Imagina

Imagina que un día, por cualquier razón, tienes que dejar tu país e ir en busca de un futuro con tu familia, tienes cierta edad, unas costumbres arraigadas y un amor infinito a tu país, pero debes irte. Te pesan las ganas. Pero no tienes opción.
Llámalo guerra, llámalo salud, clima, trabajo, libertad u oportunidad. Debes irte.

Imagina los esfuerzos que tienes que hacer para gestionar todo: buscar un hogar, demostrar que tienes dinero suficiente y un seguro de salud para entrar legalmente en el país. O no, imagina que no puedes optar ni a venir legalmente. Imagina.

Pensamos que a nosotros no nos pasaría, pero viendo lo loco que anda el mundo, yo no pondría la mano en el fuego…

Imagina que una vez que intentas colocar cada pieza de tu nuevo puzzle, intentas concentrarte en la posibilidad de aprender  lalengua como llave para poder abrir todas las demás puertas. Imagina cómo te sentirías.

Empezar de cero, entrar en una clase donde el primer día casi se palpa el miedo. Donde el más grande se siente muy pequeño. Donde muchas personas que jamás habían salido de su entorno familiar tienen que relacionarse con gente de todos los países. Imagina.

Una clase donde conviven múltiples razas, religiones, orígenes, ideologías, realidades, con un objetivo común: aprender una lengua.
Ese pequeño Babel en el que todo el mundo se entiende, empatiza y se acompaña. Imagina.

Por fin empiezas a tener tu rutina, consigues conocer gente nueva, empiezas a decir tus primeras palabras y sientes el orgullo de ser un poco más libre. De poder caminar y preguntar algo… una pequeña autonomía que te permite avanzar. Imagina.

Te esfuerzas como hacía años que no hacías. Estás a un paso de poder hacer un examen que te permitirá acceder a la nacionalidad, a homologar un título, a conseguir un trabajo…

Imagina.

Y cuando sientes que ya tienes una pequeña familia, un amago de rutina, una minúscula esperanza, te comunican que el año que viene, probablemente no podrás estudiar en esa escuela en la que habías vuelto a empezar, en la que te habían ayudado a entender muchas cosas de lengua, de cultura, de tu nueva vida.

Imagínate que te ahogas y te quitan el salvavidas, de repente. Sin razón. Sin motivos.

Así está pasando con todos los grupos de español de esta comunidad. Eso están haciendo sin ninguna justificación con muchísimos refugiados que han huido de una guerra y han encontrado su verdadero refugio en las aulas, para lanzarlos ahora al vacío.

Esto va a ocurrir si no conseguimos parar estos recortes que son una aniquilación de las Escuelas Oficiales de Idiomas. Esto les va a pasar a todos los estudiantes que ocupan nuestro día a día y lo llenan, a los que ayudamos en cada tropiezo de su vida, a los que son ciudadanos y pagan impuestos, pero que, en el siglo XXI, en un mundo global y multicultural, no tienen los mismos derechos que el resto de ciudadanos.

Porque el débil tiene más difícil alzar la voz. Pero no nos callaremos, vamos a ser su eco.

No nos vais a silenciar.

Patricia de la Cavada Fernández-Coronado
Compañera de OCRE y Profesora de Español lengua extranjera en la EOI de Torrevieja

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