Situación actual de los ámbitos

Desde la Junta directiva de OCRE os queremos resumir y recordar la actual situación del trabajo por ámbitos educativos, pues nos parece de vital importancia para las votaciones que se están llevando o se deben llevar a cabo en los Claustros de todos los IES de toda la Comunidad Valenciana en estos meses de final del curso 2022-2023; pero también para el resto de CCAA, pues con el nuevo RD de especialidades, tal vez esto mismo se tenga que hacer en toda España para el próximo curso:

1. No existe en España o fuera de España una sólida investigación científica, pedagógica o didáctica ni metaanálisis de datos que avale la organización curricular por ámbitos.

2. El primer requisito para una enseñanza de calidad es el dominio, por parte del profesor, de los conocimientos propios de su materia y de su didáctica específica. Esta condición no se garantiza en la organización por ámbitos.

3. Las asignaturas son estructuras de conocimiento bien organizadas que facilitan el aprendizaje de sus contenidos. Diluirlas en ámbitos dificulta a los alumnos la adquisición de conocimientos y habilidades de forma bien organizada y equilibrada.

4. Se corre el riesgo de rebajar los estándares de exigencia por dos motivos: el profesorado se puede mostrar más inseguro y dubitativo en aquellas materias que se ve obligado a impartir y que no pertenecen a su especialidad y, además, existe la obligación de consignar la misma calificación para todas las materias que integran el ámbito.

5. Los ámbitos se muestran, a día de hoy, como una propuesta de carácter político e ideológico, sin ninguna base pedagógica, con el objetivo de mejorar artificialmente las estadísticas de aprobados.

6. Los ámbitos no suponen una vuelta a la ley del 70 (pre-LOGSE). Los maestros de 6º, 7º y 8º de EGB eran especialistas, no generalistas.

7. Suponen un empleo cuestionable de los recursos humanos por parte de la Administración. Se puede dar la situación absurda, por ejemplo, de tener al profesor de Historia impartiendo Valenciano y, al mismo tiempo, en el aula de al lado, al profesor de Valenciano impartiendo Historia. Este cruce sin sentido se puede dar, en realidad, con muchas más materias atendiendo a la autonomía de los centros a la hora de establecer cuáles de ellas integran un ámbito.

8. Las eventuales pérdidas y carencias educativas provocadas por la implementación de los ámbitos repercutirán especialmente en el alumnado más desfavorecido, que no tiene los medios para compensar fuera del aula aquello que no aprende dentro de ella.

9. Los ámbitos, según son planteados desde la Administración, representan un conato de imposición metodológica que limita la libertad de cátedra (reconocida en la Constitución) y la libertad metodológica del docente.

10. Cada materia es importante por sí misma y tiene sus propios conocimientos, métodos, lógicas y coherencias internas. La interdisciplinariedad es un paso posterior al dominio de las disciplinas particulares. Los alumnos no tienen ni la formación ni la madurez suficiente como para abordar el aprendizaje de manera interdisciplinar. La investigación científica confirma que este estadio de abordaje da sus frutos en niveles superiores, no en la formación básica. Forzar la interdisciplinariedad obliga a desdibujar y rebajar los contenidos de las materias, lo que a su vez solo permite a los alumnos una aproximación superficial a los conocimientos.

11. Los ámbitos no son imprescindibles para la colaboración y coordinación entre distintos departamentos.

12. Los ámbitos, que imponen la burocratización, homogeneización y estandarización extremas de las actividades, limitan la capacidad del docente para adaptarse a las necesidades, intereses y características particulares de cada grupo. Es un marco demasiado rígido que resta frescura, naturalidad y organicidad en el día a día.

13. No se ha demostrado, hasta ahora, que los alumnos aprendan más y mejor con los ámbitos que con cualquier otra organización curricular.

14. La Administración educativa ha aprovechado coyunturas como la pandemia y el confinamiento y ha jugado con los tiempos de la justicia y la dotación de recursos para imponer de forma explícita o implícita los ámbitos, sin diálogo ni consenso con la comunidad educativa.

15. El número de profesores que un alumno tiene en 1º de la ESO no es un factor clave en el éxito o fracaso educativo de dicho alumno. No hay investigaciones que concluyan que un mayor número de docentes es perjudicial para el aprendizaje.

16. La Justicia ha puesto bajo sospecha la adecuación jurídica de los ámbitos hasta el punto de suspender cautelarmente los planes de imposición de la Conselleria.

NO OLVIDES:

– La decisión de aplicar o no ámbitos para el próximo curso corresponde única y exclusivamente al Claustro del centro, mediante procesos democráticos, como máximo órgano colegiado con responsabilidad en materia pedagógica, didáctica y curricular.

– La suspensión cautelar de los ámbitos por parte de la Justicia continúa vigente, por lo que ningún docente ni ningún departamento se pueden ver obligados/forzados a impartir ámbitos contra su voluntad.

– En el caso de aplicar ámbitos, la legislación no establece ni prescribe qué departamentos se deben ver implicados en su conformación. La decisión sobre qué materias formarán un ámbito corresponde a cada centro, por lo que (casi) cualquier departamento se puede ver afectado.

– No existe, en la legislación vigente, un límite máximo de 8 materias y/o ámbitos para 1º de la ESO. Este supuesto límite no se puede utilizar como argumento legal para su imposición.

– El Consejo Escolar se puede pronunciar sobre la aplicación de los ámbitos, pero siempre sin perjuicio de las decisiones adoptadas por el Claustro de profesores.

La Junta directiva de la Asociación OCRE, Observatori Crític de la Realitat Educativa

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